Afortunadamente, parece que la nueva directiva de Diablo 3 quiere tomar las riendas y cambiar cosas de verdad y se ha sacado de la manga varios conceptos interesantes que parecen responder a las necesidades de los jugadores. Por otra parte, la comunidad está quemada. No hay foros más negativos, destructivos y desesperanzados que los de Diablo 3, por lo que Blizzard no puede esperar que los usuarios corran hacia Reaper of Souls con los brazos abiertos.
Las tres grandes noticias anunciadas alrededor de la expansión son, en mi opinión:
- El loot 2.0, si es que verdaderamente resulta ser tan efectivo como han prometido y como mostraron brevemente en su última demo pública.
- El nuevo sistema de leyenda, que viene a replantearse como uno genérico vinculado a cuenta e independiente del progreso natural por niveles.
- El cierre de la casa de subastas, que aunque fue anunciado a posteriori, sin duda significará un antes y un después.
La historia continúa de forma inmediata el final de D3:
Tyrael, ahora personificación de la sabiduría, crea de nuevo a los Horadrim para salvaguardar la Piedra del Alma Negra, que lleva en su interior la esencia de los siete males elementales: Diablo, Mefisto, Baal, Azmodan, Belial, Duriel y Andariel. Súbitamente, el autoexiliado Malthael, antiguo arcángel de la sabiduría (y anteriormente de la muerte), aparece ante Tyrael para robar la piedra del Alma por motivos desconocidos.Sin duda la intención de Blizzard es rentabilizar su esfuerzo al máximo e ir soltando contenido con cuentagotas. De ahí que la expansión se limite a una única nueva clase, a un único acto y al hecho de que muchos flecos importantes de la historia parezcan esquivarse (al menos por el momento), como la existencia de la propia bruja Adria. Muchos usuarios consideran que el contenido anunciado es insuficiente para justificar una compra adicional.
Tras ver la demos de Blizzard, francamente los parajes de Westmarch me han robado el corazón, al igual que las posibilidades de la nueva clase. En general, este acto V respira oscuridad por todas partes y posiblemente se haya convertido en mi favorito en términos estéticos. Sin embargo, ya sabemos que no es precisamente en el apartado audiovisual donde Blizzard cojea. Espero que los cambios introducidos en la expansión acerquen a Diablo 3 a lo que de alguna forma debía ser su meta inicial.
A pesar del enorme escepticismo general, apuesto a que la gran mayoría acabará cayendo en Reaper of Souls y que Diablo 3 será poco a poco, este nuevo clásico de culto que todos esperamos. Más información, a medida que Blizzard la vaya dejando caer.
Más información: microsite Reaper of Souls
R.
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