jueves, 31 de marzo de 2011

Misterio para tres (Friday the 13th)


No sé cuántos de vosotros recordaréis esta fantástica serie. Por fortuna o por desgracia tuve el placer de verla siendo muy, muy joven, por lo que su impacto sobre mí fue considerable.

Hablamos de Misterio para Tres, titulada originalmente "Friday the 13th: The series". Y sí, el título se debía al éxito de Viernes 13. Los productores, sabios todos ellos, decidieron aprovechar de forma obscena el tirón de la saga de Jason Voorhees, creando una serie televisiva que conviviese con las películas, para afortunadamente acabar desarrollando algo que nada tenía que ver con ellas. Eso sí, manteniendo su título original.

Misterio para Tres partía de una fantástica premisa en la que Lewis Vendredi, un coleccionista y anticuario, hace un pacto con el diablo: permitir que todos los objetos de su tienda de antigüedades fuesen maldecidos a cambio de riqueza, poderes mágicos e inmortalidad. Por desgracia, Vendredi acaba rompiendo el trato y el demonio reclama su alma en pago.

Años más tarde, los objetos malditos se han desperdigado de forma incontrolable. Micki, la sobrina del difunto Lewis, ha vendido objetos de la tienda heredada sin conocer su oscuro secreto, hasta que el ocultista Jack Marshak la detiene. Gracias a Jack, Micki decide recuperar todos los objetos perdidos para evitar que caigan en malas manos. Para ello, cuenta con la ayuda de su primo Ryan y de los consejos de Jack.

Misterio para Tres era una serie francamente retorcida. Sus efectos visuales fueron premiados y recordados durante mucho tiempo. La mayoría de los objetos aparecidos en cada uno de los episodios solían dar pie a situaciones macabras y estrambóticas dignas de admirar. Como en todo pacto demoníaco, los objetos daban menos de lo que pedían. Recuerdo de forma particular el audífono que permitía a su portador escuchar el pensamiento de la gente a cambio de reclamar alguna que otra víctima ocasional, so pena de experimentar un dolor espectacularmente recreado por los especialistas en FX de la época.

Friday the 13th ha sido considerablemente influyente en la historia reciente de la TV de ficción, siendo Supernatural o incluso X-Files o Haven, casos claros de series que beben de forma directa del trabajo que directores como el mismísimo David Cronenberg llevaron a cabo en la serie a finales de los 80.

La serie recopiló un total de 72 episodios, se emitió entre 1987 y 1990 y llegó hasta nuestros hogares gracias a Telecinco. Formidable joya televisiva que, sorprendentemente, puede encontrarse sin esfuerzo alguno en internet con una calidad aceptable. Recomendada para nostálgicos, fans del terror más ochentero y para aquellos que quieran rescatar otra de esas series dignas de culto que quedaron atrás en el tiempo. Me consta que sigue manteniendo una pequeña legión de fans. Hoy en día pueda parecer algo ajada, no solamente por su desarrollo audiovisual, sino por la estructura lineal de todos y cada uno de sus episodios. Me temo que el público actual está acostumbrado a series más complejas a nivel narrativo, aunque el atractivo de los ingeniosos objetos malditos sigue intacto.

Admirad el opening original de la serie. Todavía me pone los pelos de punta... :-(

Más información: Misterio para tres en la Wikipedia

R.

Inspiración primaveral


Durante los últimos meses hemos acumulado una ingente cantidad de portafolios de interés para diseñadores. Son tantos, que si tuviésemos que referenciarlos uno a uno, aburriríamos a cualquier lector de este blog. Intentando diversificar temáticas en cada post, condensaremos en un único post el trabajo de 3 estudios de forma simultánea. Hoy os proponemos una visita a los sites de Departures Design, Face y Because Studio.

1 – Departures Design
Exquisito portafolio el de Departures, estudio situado en la Bahía de Cardiff (Gales). Una selección ultra-enfocada de proyectos, con apenas cinco casos presentados de entrada, aunque en su archivo podemos encontrar muchos otros, todos de impecable ejecución, con un interés claro hacia el diseño editorial y el branding. Difícil quedarse con un proyecto en concreto. La exposición de trabajos es tan sencilla que es difícil criticarla. Sería de agradecer poder pulsar sobre las imágenes para pasar de una a otra en lugar de recurrir a los minúsculos iconos de (+) y (-). Gran diversidad de soluciones visuales, acabados y esquemas generales.

Más información: Web Departures Design

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2 – Face
Un menu tipográfico de grandes dimensiones sirve como tarjeta de presentación para un aparentemente monocromático site que enseguida se llena de color al acceder a la sección de portafolio. Refrescante diversidad de proyectos, con interesantes propuestas tipográficas. Me parece destacable su trabajo en la revista Page, así como algunos proyectos interesantes de branding o la arriesgadísima (y en mi opinión, interesante) propuesta de rediseño completo para MySpace. Tan sólo algunos textos en español dejan entrever que este estudio es de origen mexicano. Entre su cartera de clientes se encuentran Knoll, Deutsche Bank, Nestea o MySpace.

Más información: Web Face

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3 – Because Studio
Por último encontramos a Because Studio, desde Preston, Reino Unido. Su selección de proyectos es fantástica. Un trabajo ecléctico y cuidado. Si tuviese que destacar alguno en particular, me quedo con la papelería corporativa del propio estudio, su portafolio impreso y la imagen para Low Winter Sun. Su sección de novedades es limpia, clara y concisa, y su blog, tan inspirador como su propio trabajo.

Más información: Web Because Studio

En fin... inspiración para todos, ahora que el calor parece regresar a nuestro país :-) Disfrutadlo.

R.

miércoles, 16 de marzo de 2011

Dribbble


Gracias a nuestro amigo Jose, hemos conocido Dribbble, un interesante site que se autodefine como un 'twitter para creativos'. Su esquema general es sencillo: Dribbble muestra fragmentos de trabajos 'en proceso' de los participantes. Es decir, toda una comunidad de usuarios postean pequeños screenshots (400x300px) de trabajos a medio acabar, algunos en forma de bocetos y otros prácticamente acabados. Se hace partícipe a cualquier visitante del día a día de los usuarios activos, la mayoría de ellos diseñadores, ilustradores o artistas.

Ser un simple usuario no-registrado que se limita a contemplar los posts de los demás es tan sencillo como entrar en Dribbble y filtrar las aportaciones a placer. Sin embargo, el sistema de participación tiene su miga. Para empezar, cualquiera que quiera participar en el site, debe suscribirse partiendo de su cuenta de Twitter. Es decir, necesitas usar Twitter (o crear una cuenta específica para ello). Una vez formas parte de Dribbble, estás catalogado como 'espectador'. No podrás empezar a postear tus trabajos hasta que un usuario activo decida invitarte, si es que es lo que deseas. Como espectador puedes engrosar la lista de 'prospects', que esencialmente son espectadores con interés por aportar contenidos.

Los usuarios activos disponen de un número limitado de invitaciones que incrementa mensualmente y que pueden usar como estimen conveniente. Lógicamente, la mejor manera de lograr una invitación es hacerte visible, ya sea siguiendo a determinados usuarios muy activos, o comentando y/o valorando apropiadamente determinadas aportaciones, con lo que compartir tus trabajos en Dribbble requiere un cierto interés y seguimiento por tu parte. Laborioso pero inteligente. Sin duda una comunidad implicada. Punto negativo: es fácil detectar el síndrome Threadless. Es decir, un océano de comentarios positivos (MUY positivos) de gente ansiosa por ganar un puesto como 'player'. El 'yo te quiero, tú me quieres'.

Las aportaciones van desde diseños completos o fotografías a pequeños detalles del diseño de un interface para un widget. Me gusta el hecho de que muchos usuarios se centren en detalles de diseño muy muy precisos, meticulosos y probablemente sólo interesantes para otros diseñadores.

Más información: Dribbble

R.

viernes, 11 de marzo de 2011

Takeshi Koike


Takeshi Koike es una figura interesante en el panorama del cine de animación japonés. Desde bastante joven ganó el respeto del legendario Yoshiaki Kawajiri, uno de los mandamases de Mad House y responsable de maravillas imperecederas como Ninja Scroll (cuya segunda parte se encuentra en desarrollo), Wicked City o Vampire Hunter D - Bloodlust.

Tras participar en diferentes series y largometrajes como intercalador y otras tareas menores, acabó por convertirse en la 'joya en potencia' de Mad House. A sus 43 años, Koike tiene a sus espaldas una larga trayectoria como animador en producciones como Patlabor, Memories, DNA2, Ninja Scroll (serie de TV) o Samurai Shamploo, entre otros, pero su trabajo brilla de forma excepcional en el momento en que se le concede la posibilidad de dirigir o co-dirigir una producción. Los escasos ejemplos que tenemos al respecto son pequeñas obras de culto. Recordemos el episodio piloto de Afro-Samurai, que aunque ha sido retirado de todas partes, todavía es localizable en algunos rincones de la red, el videoclip Love Keitai para el grupo japonés SMAP o el fantástico cortometraje 'World Record', incorporado en el proyecto Animatrix.

Sus últimos trabajos son Iron Man y Redline. Iron Man es un proyecto poco personal, adaptación a la japonesa del conocido personaje de Marvel (tendencia al alza, tras la infumable Wolverine). Francamente poco interesante. Redline, en cambio, es su primera película completa como director y visto lo visto en trailers aquí y allá, demuestra ser un vibrante largometraje, 100% Koike, y quién sabe... quizás sea su primer paso hacia el éxito rotundo y la independencia creativa.

Los personajes de Koike muestran un grado de deformación considerable, unos rasgos exagerados y un movimiento extravagante e hiperbólico, junto a un estilo general poco visto en Japón. En sus dibujos veo influencias de Katsuya Terada o Hirohiko Araki, pero también de autores norteamericanos, algo apreciable en el abundante uso de masas negras, tendencia muy poco habitual en el cine de animación japonés. Me sorprende que Kawajiri no le haya dado más manga ancha hasta el momento. Algo me dice que con el tiempo acabará convertido en otro autor clásico del cine japonés, a la altura de sus idolatrados Kawajiri y Rin Taro.

Más información: Mad House

R.

sábado, 5 de marzo de 2011

En el tren no, por favor — Parte 3

(Continuación de este post)

Comportamiento Nº3
El complejo de Napoleón


Una vez ya sentados y con el tren en marcha pueden empiezar a aflorar los llamados “Napoleones” , sobretodo entre los pasajeros masculinos y las señoras de mayor edad. El “complejo de Napoleón” se presenta cuando el afectado apoya el brazo sobre el apoyabrazos que separa los dos asientos e invade con los codos, el periódico, el libro, o el abrigo de ir a esquiar el asiento de al lado. Este comportamiento, totalmente irrespetuoso, es producido por una deficiencia física y mental, tratable, de su ejecutor. El hecho de invadir el espacio personal de otra persona de forma tan descarada evidencia una grave deficiencia en la percepción espacial y por lo tanto una lesión cerebral tratable con cirujía si se diagnostica a tiempo. Por otra parte el hecho de ser consciente de la invasión del espacio personal ajeno y no mostrarse mínimamente afectado o con intención de reparar la ofensa, evidencia problemas de crueldad extrema, nivel cero de empatía y enanismo genital en el caso masculino.

Como punto más importante hay que destacar que este comportamiento, además de considerarse una falta de respecto grave y tener raíces patológicas, proyecta una imagen arrogante y déspota del individuo afectado que le resta posibilidades, directamente proporcionales a su grado de enfermedad, de ser ayudado en el caso de que descarrile el tren o simplemente de ser tratado con simpatía. Además aumenta el riesgo de ser insultado, de ser maldecido con vudú, o peor aún, de ser golpeado en retorno por el codo o la mano de su víctima si se ha sentado al lado de otro “Napoleón” que podría comenzar una disputa sangrienta por el dominio del territorio.

Por lo tanto se aconseja tratar de corregir este comportamiento y ceñirse a la parte del asiento que corresponde, tratando ese apoyabrazos central como una barrera neutral que nadie puede hacerse suya, por el bien de todos los pasajeros.