Oh, my Cass! Supernatural vuelve. Como avanzamos antes de su estreno hace un año, los hermanos Winchester regresaron durante la temporada 2010-2011, contra todo pronóstico, con una sexta temporada que por votación popular da paso a una séptima. Algo sorprendente incluso para sus propios creadores, que planificaron una historia sin aparente continuación más allá de la quinta.
Sería injusto decir que todo en Supernatural ha sido maravilloso en el último año. Es cierto, hemos tenido a algunos actores invitados de calidad, el regreso de personajes estupendos, como Crowley o la mismísima Muerte y capítulos de lo más tradicionales, con casos 'mundanos' repletos de folklore y criaturas mitológicas, como en los inicios de la serie. Pero durante muchas semanas pensamos que la serie había perdido en cierta forma su rumbo, sin tener demasiado claro hacia dónde querían llevarla sus creadores. A pesar de la gran calidad de muchos de sus capítulos, no queríamos ver cómo una serie que nos ha dado momentos tan asombrosos agonizaba sin sentido hacia un final indigno. Supernatural merecía más. Sin embargo, el final de la sexta temporada trajo consigo una interesante salida que puede reportarnos 22 capítulos más de diversión sobrenatural a ritmo de rock and roll (siempre poderosa banda sonora, la de Supernatural).
Atención, spoilers:
Hay que admitir que en la sexta temporada Supernatural tuvo la osadía de plantear un nuevo reto para los personajes. Porque, admitámoslo, cuando uno le ha pateado el trasero a los Jinetes del Apocalipsis, ha compartido una pizza con la Muerte y ha encerrado en una prisión eterna a Lucifer, no parece que le quede mucho por hacer.
La trama se movía entorno a tres ejes fundamentales: 1) el regreso de Sam desde el infierno, desprovisto de alma, 2) la aparición de los 'alfas', primogénitos de cada una de las razas de monstruos creadas por Eva y 3) la búsqueda del purgatorio, tanto por parte de demonios como de ángeles, disputándose una enorme cantidad de almas intocables con el potencial suficiente como para desequilibrar la balanza de poder entre el cielo y el infierno. Finalmente, la Muerte recupera el alma torturada de Sam de la prisión de Lucifer, Eva es destruida por los Winchester y las almas del purgatorio caen en manos de... Castiel, otrora sirviente leal de las fuerzas celestiales y ahora endiosada criatura con un problema de actitud. ¿Es posible que Castiel tenga ahora el poder suficiente para suplantar a ese Dios que parece haber abandonado a sus hijos?
El próximo viernes 23 de septiembre podremos ver el primer capítulo de una temporada imprevisible que podría suponer el final definitivo de una serie esencial en los últimos diez años. La verdad, a pesar de los ya 126 capítulos de desventuras Winchesterianas, uno no puede dejar de añorar la serie al dejar de verla unos meses.
Más información: Supernatural en CW Network
R.
3 comentarios:
Nunca pensé que pudiesen estirar tanto la serie, cuya última temporada fue más bien floja en mi opinión, pero como ya comentamos: después de vencer a Lucifer… ¿qué? ¿qué hay más?
Le pasa quizás como a muchos mangas, en que el nuevo rival es más poderoso que el anterior y el protagonista tiene que ponerse a la altura, y esto sigue en una escalada interminable. De modo que si en la primera temporada hubiese aparecido uno de los malos de las últimas, habría acabado con ellos en un periquete.
A ver qué nos depara esta nueva temporada…
Comparto tu opinión. Si no tiran de divinidades más antiguas que las de los mitos judeocristianos, no creo que tengan salida. Creo que con esta temporada, quedará zanjado el tema 'Dios-desaparecido-en-combate' y todo se quedará en su sitio, con una especie de reorganización cósmica. Y todos contentos. Realmente, el reto de Lucifer era el punto y final de la serie. We'll see.
De todas formas, no me importaría ver otra temporada de casos auto-conclusivos a lo X-Files, como en los inicios. Vale que serán retos menores, pero más variados. Odio las mega-tramas dilatadas a lo largo de temporadas.
R.
¡Dean sigue siendo el mejor! :-)
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