
Operación Triunfo, Súper Modelo, Factor X, Fama ¡a Bailar!, Tienes talento, Tú sí que vales... y un sinfín más de los que no tengo conocimiento consiguen cada día una audiencia más que significativa y fiel frente al televisor. Sí, cada día, porque no me estoy refiriendo a la gala semanal que nadie ve (tostones a cuál más ñoño que se eternizan sin sentido hasta las tantas de la madrugada) sino al programa que se sacan de la manga editando las
imágenes de los castings que se realizan a ilusionados futuros artistas que, no sé porqué, quieren estar en dichas galas.
Bueno, los que acuden a estos castings y no son elegidos (no les enganchan la pegatina con el número de rigor, o les echan después de unos dramáticos minutos de suspense) pueden estar encantados, fueron para salir en televisión y están saliendo en televisión, pero ¿se han parado a pensar con qué disposición se sientan los espectadores a verles en los cástings? Pues con morbo puro y duro.
El morbo de ver al friki que canta como un gato agonizante mientras declara que ha nacido para estar sobre un escenario, el morbo de ver como ponen a caldo a niñas de 16 años con el ego por las nubes y una talla 34, el morbo de ver a monologuistas nerviosos que dán más pena que gracia...
¿Se merece la gente que va a un cásting esa malícia del público? Por supuesto que no, pero no es nada nuevo el hecho de que el público ha evolucionado poco desde la antigua roma y aún siente delirio por la carnaza cuando se la ofrecen, sobretodo si va bien aderezada con comentarios despectivos e historias conmovedoras.
Es fácil llegar así a las entrañas, que no al corazón,porque es fácil recurrir a la burla contra alguien que tiene la valentía (o la inconsciencia) de exponerse de esa manera frente a los demás. En mi opinión estos programas han dejado de ser lo que se pensaba en un principio que eran, plataformas para dar a conocer a nuevos artistas, y ahora son poco más que circos para
entretener destripando.
Todos nos merecemos más respeto, tanto los espectadores, a quienes se nos ofrece divertirnos recreándonos en nuestro lado más cruel, como los artistas, que intentan hacerlo desde su corazón y sólo les dejan hacerlo desde sus miserias.
No sé cómo acabará esto. Seguramente cuando el producto deje de funcionar lo terminarán de un día para otro, o quizás evolucione hacia un nuevo tipo de programación dedicada a programas de televisión, tipo zappings, hechos de principio a fin con estos resúmenes de castings,que durarán horas y horas. Quién sabe, los caminos de la programación són infinitos e inescrutables.
Como decía Risto Mejide, "hay que ser producto", y le doy la razón, en la televisión hay que ser negocio, hay que ser consumible por las grandes masas, hay que dar al público lo que quieren, lo que las cadenas les digan que quieren, y quieren apelar al lado cruel, para que la gente en su casa se sienta alguien con criterio mientras juzga a unos y otros, para sentirse superiores, o para tomar parte hasta la más absoluta ceguera por lo que la pantalla les diga que tomen parte.
Todo esto ya lo sabemos desde siempre, y sé que no os cuento nada nuevo... es sólo que desde que no veo televisión puedo analizar por mi misma lo que estaba dispuesta a ver una tarde aburrida... y cada día me alegro más de que existan el DVD y la PSP.
MC.
PD: Aún así no pierdo la esperanza y espero el día en que pueda volver a ver la televisión sin sentir pena o desidia. Tener más canales parecía ser un paso adelante pero solo consiguieron llenarlos de teletiendas y series repetidas y ahora quizás estamos aún peor que antes. No hay que perder la esperanza, ese día ha de llegar.. Por fuerza ha de llegar...