
Con muchas semanas de retraso, finalmente nos decidimos a ver Underworld 3: Rise of the Lycans, a pesar de haber recibido críticas bastante negativas, cosa que tampoco nos pillaba por sorpresa. Tal y como comentamos en su momento, Underworld 3 viene a cerrar la historia de ese micro-universo en el que vampiros y licántropos están en guerra de forma perpetua.
Si Underworld era un concepto interesante con resultados más bien pobres y Underworld 2 una enorme decepción en forma de película accesoria y banal donde las haya, Underworld 3 salva el tipo pero es igualmente innecesaria.
Underworld Evolution se desarrollaba apenas unas horas después del final de Underworld y era un mero anexo a la historia en la que, esencialmente, se mostraba el final aparente de ambas razas con la muerte de los hermanos William y Marcus, hijos de Alexander Corvinus, dando paso a una nueva línea de sangre híbrida.
Underworld 3, en cambio, se centra en el origen del conflicto entre razas, con un Viktor salvado de la muerte por Marcus y convertido en guerrero y líder supremo de los vampiros. Mientrastanto, Lucian nace de los vástagos de William como un nuevo escalafón en su raza, en el que pasan de ser meras bestias destructivas a criaturas razonables que pueden desencadenar su naturaleza a placer. Viktor cría a Lucian como a un esclavo de status algo especial. Naturalmente, gracias a Underworld sabemos de antemano que Lucian y Sonja, la hija de Viktor, ocultan su amor a los ojos de su padre, en una relación prohibida de fatales consecuencias.
En realidad, Rise of the Lycans es una película sencilla. Tan sólo 4 o 5 personajes intervienen realmente en la trama principal y las localizaciones son escasas y concretas: el interior de la fortaleza de Viktor, las mazmorras de los esclavos y los bosques exteriores donde moran las bestias lunares constituyen el escenario principal del filme.
El diseño de producción no es especialmente original pero sí muy apropiado. Todas las localizaciones respiran una atmósfera fría y lúgubre sobre la que refulgen unos vampiros tremendamente pálidos, de mirada inhumana y actitud prepotente, vestidos con ropas oscuras y estilizadas. El mayor logro en este sentido es la caracterización de Bill Nighy y su interpretación de un Viktor temible y despiadado. Junto a él, un Michael Sheen efectivo (que estuvo mucho más interesante en Underworld) y una hermosa Rhona Mitra que a pesar de su presencia no puede hacernos olvidar a Kate Beckinsale.
En definitiva, algunos momentos memorables mezclados con escenas oscuras de hermosa realización y secuencias de acción fáciles y tramposas en las que la cámara se vuelve loca y terminas por no ver nada de nada. Al final, todo ello configura una película prescindible en muchos aspectos pero recomendable para los incondicionales del cine de vampiros en todas sus variantes, aquellos que disfruten con una ambientación épica y aquellos que sí o sí quieran ver el final definitivo de Underworld*.
Más información: Web oficial Underworld 3
R.
P.D.: O NO... porque en internet se habla del desarrollo de Underworld 4 (sigh) al margen de una supuesta serie de TV que parece que ya es una realidad