martes, 8 de mayo de 2007

Spiderman 3


Vuelve Sam Raimi con la tercera parte de su personal y acertada interpretación de Spiderman en lo que parece ser el fin de un ciclo del personaje en el cine (aunque visto su éxito, eso está por ver).

Siguiendo la trama generada en las dos primeras entregas, en las que Spiderman acaba enfrentado al Duende Verde y al Dr. Octopus, Peter Parker continúa su historia de amor con Mary Jane Watson y su malograda amistad con Harry Osborn, su amigo de infancia y sucesor de su padre en el rol del Duende.

Lo cierto es que poco le quedaba a Raimi por explicar tras sus dos exitosas incursiones en el reino Marvel-arácnido y la verdad es que se nota que Spiderman 3 es un simple producto derivado del éxito. A pesar de la cantidad enorme de material existente en la historia de Spiderman, los guionistas han optado por repetir en 2h y media ni más ni menos que lo MISMO que hicieron en las dos primeras partes, en una trama bastante convencional en la que el Hombre de Arena tiene un papel exageradamente importante mientras que Venom, principal reclamo del film, pasa sin pena ni gloria.

En todo caso, el efecto de la entidad simbiótica sirve para que Raimi pueda recrear las escenas cotidianas y humorísticas que han caracterizado a sus anteriores películas. Las escenas que podrían haber supuesto 'el contrapunto humano, cómico y algo patético' de un film de acción súper-heroica, acaban devorando a la supuesta trama principal, anodina y carente de interés. ¿Es esto algo negativo? Bueno, tal vez sea lo que la diferencia de otros films de súper héroes, pero la sensación final es ciertamente insatisfactoria, por mucha escena vibrante y dinámica que haya (la verdad es que la mayoría de ellas están realmente bien producidas).

Por otra parte, Gwen Stacy, personaje capital del cómic original con destino trágico, acaba convertida en lamentable personaje secundario sin ningún peso en la historia. Los fans deben estar tirándose de los pelos. A ello se añade el minuto de gloria de Stan Lee en otro de sus cameos y la inestimable colaboración (cómo no) de Bruce Campbell, esta vez en el papel de un maitre francés en lo que me parece una de las mejores situaciones de la película. Siempre grande, Mr. Campbell.

El resultado de todo esto: unas escenas finales con momento patriótico lamentable y la película más taquillera de todos los tiempos en EEUU (creedlo o no), arrasando en su primer fin de semana de manera clara. Nosotros nos quedamos con la 2a parte.

R.

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Anexo de Mc:

Mi opinión sobre Spiderman 3 es independiente de las dos primeras partes de la saga ya que no las he visto. Ésta me pareció una película entretenida, sin más petrensiones, así que ni la suspendo ni le doy un excelente. Personajes un poquito planos eso sí (sobretodo después de leer el eslógan que aparece por todas partes en la publicidad de la película "la verdadera lucha se libra en el interior" o algo así). Veáse la actuación de Kirsten Dunst y sus ojillos de "qué pobrecita soy, nadie me quiere" o Thomas Haden Church que no consigue enternecernos lo más mínimo con su tragedia familiar y se merece sin duda que Spiderman le dé un buen mamporro. En todo caso, supera a la última adaptación de un cómic de Marvel que he visto (véase anterior post sobre El Motorista Fantasma) con creces.

Lo peor de la película es, sin duda, el momento patriótico. A estas alturas y los norteamericanos aún así. Y lo mejor, los momentos de humor, sobretodo los protagonizados por J.K.Simmons como jefe de Peter Parker.

Hasta aquí mi opinión sobre Spiderman 3. Y ahora mi opinión sobre los impresentables que se sentaron detrás nuestro el día que fuimos a verla. Realmente aquel día una gran parte de la sala parecía atacada por algún tipo de transtorno que no les dejaba cerrar la boquita, pero lo resumiré en los seres que estaban detrás de las butacas 17 y 18 de la fila 18 del Cinesa Parc Vallés el viernes día 4 en la sesión de las 12 de la noche aprox.

Una cosa, por si no lo sabéis dado vuestra corta... edad, es hablar susurrando, comentar la película en ciertos momentos puntuales o levantarse para ir al baño y cruzar toda la fila. Éstas son cosas que, aunque molestas, son medianamente tolerables. Pero otra muy distinta es ponerse a hablar a gritos y a reírse a carcajadas mientras te explicas la vida con los amigotes. Un poco de respeto, por favor. A gritarse y hacerse bromitas a un bar o a donde se os ocurra menos a un cine. Tener las hormonas revolucionadas no es una excusa que os salve de vuestra pésima educación.

MC.

Más información: Web oficial.

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