Hace apenas dos meses que os hablábamos del esperado nuevo proyecto de Mamoru Oshii, director de la ya legendaria Ghost in The Shell, en colaboración una vez más con Production IG. A pesar de que hacía pocas semanas que se había estrenado en Japón, la organización del Festival de Sitges consiguió exhibir el filme para regocijo de los fans del anime.
Tras asistir a un pase en el auditorio, debemos reafirmar lo que ya dábamos por hecho antes de ver la película: que su factura técnica es impresionante. Precioso diseño de personajes, preciosos escenarios, preciosos momentos de combate aéreo, impresionante banda sonora de Kenji Kawai (que suma éxito tras éxito), delicadísimo dibujo y en definitiva... un envoltorio mágnífico para una historia exasperantemente lenta y carente de ritmo.
Sólo en momentos muy concretos, Oshii se saca de la manga sus populares y aceleradas secuencias de contundente violencia visual. El resto de la película es un seguido de escenas contemplativas con momentos de brillante factura, pero que a duras penas consiguen mantener el interés del público.
Como era previsible, la parte 'filosófico-moral' de la película está presente, pero es menos intensa y compleja de lo esperado. No es que nos quejemos de que Oshii haya decidido reducir sus momentos de 'rallada mental', pero es que lo que aporta tampoco es destacable y se basa, una vez más, en el que podríamos considerar el concepto fetiche del director: la pérdida de la identidad y los límites de la condición humana. Oiremos cómo los Kildren acaban planteándose su propia existencia y creeremos estar escuchando a los cyborgs de GITS.
El final, por otra parte, resultó previsible aunque adecuado pero, definitivamente, no se llevó ovaciones. Aunque la banda sonora de Kenji Kawai fue, posiblemente, lo más aplaudido del film, tampoco podemos decir que sea su mayor trabajo, así que ni por esas va a convertirse en un clásico. Eso sí, pasará a engrosar la lista de maravillas en el cv de IG y de Mamoru Oshii, aunque sea como obra menor. Indicada sólo para los puristas de la animación y los fans de Oshii. El resto, sin duda se aburrirá. Una lástima.
P.D.: Para detalles más precisos sobre la historia, os recomendamos leer el anterior post relacionado con Sky Crawlers.
Más información: Web Sky Crawlers.
R.
4 comentarios:
Coincido. Sólo que a Eva que no es freak ni fan (aunque yo intente arrastrarla al lado oscuro) le gustó excepcionalmente la banda sonora e incluso la alucinancia de los combates aéreos y otros momentos de bella estampa. Quizás al ser diseñadora (aunque de moda) tenga un poco más de sensibilidad y aprecie estas cosas. Por el argumento, aunque no llegó a aburrirse me comentó que era previsible y pues eso, que no tiene fuerza ni te arrastra.
Y creo que llegué a la máxima cota de frikismo de mi vida cuando aplaudí con el resto de la sala el nombre de Kenji Kawaii en los creditos del principio.
Jejeje... Sin duda es friki o frikista el aplaudir al músico de una película de animación inédita. Pero es que Kawaii lo merece. Me alegro de que a Eva le gustase. A Mc también, de hecho, pero no quita para que la considerase leeeeenta. Es una pena porque estaba realmente currada. A ver cuál será la próxima...
R.
Totalmente de acuerdo con todas las consideraciones. Realmente, me dio algo de lástima sentir la decepción del numeroso público, que, como bien decís, había empezado el film con un ánimo muy alto y salió sin apenas aplaudir.
Lo mejor, sin duda, Kawai. Las primeras notas durante los créditos me pusieron la carne de gallina.
Sí, pero realmente esos espectaculares coros son TAN Ghost in The Shell, que no sorprenden. Precioso, en todo caso. No se puede negar. De lo mejor.
R.
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