domingo, 26 de octubre de 2008

Sitges 2008: Ghosts vs. Aliens


Si este año había una propuesta extravagante en el festival, ésa debía ser Ghosts vs. Aliens, una sesión doble dirigida por dos directores japoneses que aportaban su personal visión de un supuesto conflicto entre alienígenas y fantasmas (¿!?).

Las 'piezas maestras' en cuestión se titulan Rock Hunter Lemon y Plunder Love, de Takashi Shimizu (director de The Grudge y sus secuelas) y Keisuke Toyoshima respectivamente.

La primera de ellas recrea un mito japonés: Yotsuya Kaidan (no he comprobado si realmente forma parte del folclore nipón), pero desde una perspectiva contemporánea y muy yakuza. El protagonista de la historia es Ryuji, un joven capo de la mafia japonesa que regresa a su casa, donde le espera su mujer y su hijo. Por el camino, su suegro, un conocido hombre de negocios, lo intercepta de forma poco amigable, esperando evitar que su hija se vea envuelta en la espiral de destrucción que Ryuji lleva consigo. Sin embargo, el joven yakuza acaba matándolo. Tras darse cuenta del giro que ha tomado su vida, Ryuji decide suicidarse disparándose en la cabeza. En ese momento se da cuenta de que no puede morir. A partir de entonces, se suceden diversas transformaciones en fantasmas o extraterrestres por parte de los personajes principales, que acaban conformando dos bandos enemigos. Cuando la cosa se pone interesante (o exageradamente paranoica) , el filme termina. Sí.

La segunda historia está protagonizada por Utsuo, un escritor de canciones pop en crisis inspiracional, comprometido con una sosa ama de casa japonesa (que resulta ser algo así como una sacerdotisa que manipula a los muertos). Por casualidad, topa con Meg, una extraña y atractiva joven de la que acaba encaprichado. Su futura mujer, presa de los celos, decide acabar con ella. Naturalmente, la misteriosa joven resulta ser una alienígena que deberá enfrentarse a las hordas kung-fú-zombie de su enemiga. Una barbaridad. Las últimas escenas de batalla son... indescriptibles.

Al parecer, el mismo invento se ha presentado varias veces en distintas versiones y la proyectada en Sitges es el tercer volumen, que no deja de ser un remake sobre remake, con lo que Shimizu se ha ganado la fama del 'hombre que hace la misma película una y otra vez'. Bastante extraño.

En todo caso, dos piezas para reírse a carcajadas y dejarse llevar por las excentricidades de sus realizadores. Desde luego, el público lo pasó genial y los aplausos fueron constantes, especialmente en los impagables momentos de humor gore. Para todos aquellos que no la hayáis visto... conseguidla de la manera que prefiráis, teniendo en cuenta lo que es: producción doble Z, sin ánimo de hacer nada sensato ni complejo. Una idea estúpida desarrollada de forma alocada. Desde luego, refrescante.

Más información: Trailer G vs A.

R.

2 comentarios:

R y Mc dijo...

El mejor es el hijo de Ryuji en las escenas de casi ya el final de la película, cuando lo vi ponerse depronto de pie en la cuna...ahí me reí con ganas X-D.

Y de la segunda, lo mejor es la pelea en el bosque y el final sin duda!!!!

Es una frikada con mayúsculas y eso es lo que la hace tan divertida :-)

MC.

R y Mc dijo...

Yo me quedo en la escena en la que el amigo de Ryuji debe cortarle un dedo con un cuchillo para ver si crece de nuevo y se le va la mano, digamos...

R.