Con "tan solo" cuatro años de retraso nos hemos topado con Kurozuka, anime creado por el famosísimo estudio Mad House, del que hemos hablado varias veces en 2Blck. Recordemos nuestro último post dedicado a Takeshi Koike y su relación con Yoshiaki Kawajiri.
La producción general de Mad House se ha vuelto algo atropellada con el paso de los años. De sus escasas pero memorables producciones en los años 70 (aproximadamente un trabajo por año) a sus muchísimos proyectos abiertos de forma simultánea a día de hoy, con proyectos a escala mundial. Mad House, lejos de limitarse a conseguir renombre como creadores de unas pocas pero memorables joyas de la animación, ha seguido creciendo con bastante ambición, convirtiéndose en una sólida factoría por la que han pasado y pasan grandes talentos.
Pero lógicamente, un estudio tan grande debe alimentarse bien para mantener en pie semejante maquinaria, por lo que desde hace muchos años, las piezas de culto made in Mad House se suceden alternativamente junto a adaptaciones a anime de series que logran alcanzar un cierto éxito en su versión manga. Es el caso de obras recientes como la adaptación de Highschool of the Dead, sumamente criticada por su exceso de sexualidad (superior a la obra original) y su más que cuestionable calidad en términos de dibujo y animación.
Afortunadamente, y volviendo a Kurozuka, en esta obra nos encontramos con una serie de 12 capítulos de gran calidad técnica, mucho más cercana a Death Note que a Hunter x Hunter o a la mencionada Highschool of the Dead. No es casual, ya que Tetsuro Araki (director de Death Note) vuelve a ejercer las mismas funciones en Kurozuka.
Kurozuka está basada en la obra homónima de Baku Yumemakura y Takashi Noguchi, aunque el tratamiento general de la misma dista bastante de la adaptación televisiva. Se trata de una obra extravagante que une samuráis, luchas a espada, vampiros y futuros distópicos. El manga original está parcialmente inspirado en una obra dramática japonesa de 1939, en la que se habla de la ogresa Kuromitsu, una criatura que se alimenta de seres humanos.
[Aviso de spoilers] — En el Kurozuka televisivo (inspirado inicialmente en el S.XII), el personaje de Kuromitsu se presenta como una criatura vampírica con la forma de una bellísima mujer. El protagonista principal de la historia, Kuro, se enamora de Kuromitsu y acaba por entender el secreto de su extraña naturaleza de la peor manera posible: bebiendo su sangre y convirtiéndose en un inmortal para salvar su vida tras una grave herida. Basta decir que tras los primeros acontecimientos (que cubren los dos primeros capítulos), la historia da un salto en el tiempo para presentarnos un Japón industrial en la que el Ejército Rojo, una fuerza militar relacionada de alguna forma con Kuromitsu, se alza como fuerza opresora y en el que Kuro se alía con un movimiento revolucionario para combatir a las criaturas 'mejoradas' mediante la sangre de la vampiresa.
Kurozuka posee una belleza salvaje, con una violencia tratada de forma descarnada. Sangre y mutilaciones por doquier. Y a pesar de ello, retiene un cierto aire poético que recuerda tanto a la sublime Jubei Ninpucho como a Mugen no Junin. Sin embargo, aunque el dibujo y la animación de la serie es más que notable, el gran arranque de la misma empieza a diluirse de forma drástica al iniciar la etapa futurista de la serie, que por desgracia cubre diez de los doce episodios.
Los continuos cambios de ritmo, los abundantes flashbacks cien por cien contemplativos, la lacónica (casi estúpida) actitud del protagonista y unos personajes secundarios no especialmente carismáticos ni originales hacen que el aburrimiento se apodere del espectador y la trama se alargue con episodios poco interesantes que podrían haberse ahorrado sin problemas. Las fantásticas secuencias de acción del Japón medieval se convierten en un montón de tiroteos sin ton ni son en el futuro y la historia no remonta hasta los enfrentamientos finales.
En definitiva, una obra que a pesar de todo merece atención y que por momentos recuerda a algunos de los proyectos más legendarios de Mad House, como aquellos que nos hicieron vibrar con la irrupción del anime en nuestro país, pero que desafortunadamente navega de forma tediosa entre destellos de brillantez. La serie es considerablemente violenta, por lo que no es adecuada para un público inmaduro. El resto tenemos motivos para aplaudir los litros y litros de sangre manchando suelos y paredes.
Más información: Mad House
R.
2 comentarios:
Lo que más me gustó de los primeros capítulos fué que por primera vez en un anime, desde el primer momento, los protagonistas se lían con total libertad y sin recato ninguno :-).
Tenemos pendiente seguir viéndola, pero claro, es que ahora se acumulan muchas cosas, Supernatural, Spartacus, Sherlock Holmes... ¡y preparémonos para cuando empiece Game of Thrones y True Blood!
MC.
Bueno, que no falten, que luego caen etapas de sequía :-)
R.
Publicar un comentario